¿Qué es la clínica psicoanalítica?
Los profesionales de Aperturas Clínicas ejercemos la clínica desde la premisa del funcionamiento del inconsciente. Esto quiere decir que nuestro ejercicio es esencialmente psicoanalítico.
La clínica psicoanalítica aborda el problema del malestar subjetivo por diferentes vías simultaneas; por un lado, se sumerge en las formaciones inconscientes del malestar: síntomas, inhibiciones y angustias, que son el gran espectro en el que se encuentran todas las dificultades de salud mental, desde las menos graves como algunos cuadros ansiosos o depresivos, hasta las de mayor gravedad como el autismo y las psicosis. Por otro lado, el psicoanálisis clínico como tal tiene el objetivo planteado en la premisa de su nombre, el análisis del psiquismo, que en definitiva implica el propio análisis personal. Esto es un profundo ejercicio de excavación en el presente de la historia de los sujetos, lo cual permite responder a las preguntas del ¿qué soy?, ¿quién soy respecto de mí y respecto de los demás?, respuestas que necesariamente necesitan ser transitadas por la persona desde el motor de lo que supone su deseo, su sexualidad, sus identificaciones y sus modos de relación con los diversos otros de su vida. En definitiva, dar lugar a la posición subjetiva, o sea, la respuesta sobre cuál es el lugar que se ocupa en el mundo.
Por lo anterior es que la clínica psicoanalítica no se enfoca solamente en el síntoma y su mejoramiento, implica un profundo ejercicio de análisis que empuja a un cambio en la posición subjetiva, es decir, más allá de los signos visibles del malestar, trabaja sobre el modo de cómo el sujeto se reconoce a si mismo, en relación con los otros y con su historia.
A estos modos de pensar-hacer la clínica, es preciso adicionar las complejidades que supone la clínica con niños, niñas y adolescentes, que en resumidos rasgos podemos plantear como la importancia de la inclusión de los padres en la dinámica cotidiana y no solo subjetiva del paciente, por ende, incluirlos en el proceso terapéutico; como también lo fundamental de pensar a los más jóvenes en procesos primordiales de su constitución psíquica.
¿Quiénes consultan?
Analizar supone un ejercicio de un tipo de comprensión que ayuda a asumir los acontecimientos actuales como formaciones que, más allá de ser signo de un malestar, suponen un sentido oculto en la verdad del sujeto. Por ello, quienes por alguna razón se acercan a la clínica psicoanalítica tienen diferentes motivaciones: desde quienes quieren abordar las raíces históricas, subjetivas y a veces transgeneracionales de un problema, hasta aquellos que han intentado el camino de la aplacación de los síntomas por otras vías como primordiales -como el uso solitario de la farmacoterapia, o la dominación de la conducta que se considera disruptiva-. En la clínica con las infancias no es extraño observar que la demanda de tratamiento muchas veces emerge desde el exterior como por ejemplo la escuela. En esta demanda institucional por lo general se exige un método rápido de domesticación de la conducta considerada como improductiva para los objetivos de la institución, en ello, el abuso de medicamentos para la conducta, o las terapias de reorientación de la agresividad infantil dejan por fuera la lectura de que, en la conducta del niño o la niña se esconde un malestar que evidencia la forma particular que tiene esa persona de enfrentarse al mundo que lo rodea. Obviar dicha forma de relacionarse con los otros es omitir el malestar subjetivo que precisa de comprensión y apoyo. Característica que no es muy diferente a los malestares subjetivos que pueden tener los adultos con el medio que les demanda específicas formas de actuar. La clínica psicoanalítica opera en el ejercicio del análisis que posibilita dicha comprensión.
Los profesionales de Aperturas Clínicas, Psicoanalistas; psicólogos, psiquiatras y psicomotricistas todos de orientación psicoanalítica, brindan tratamiento individual y grupal; presencial y telemedicina; a niños, niñas y adolescentes; a padres, adultos y familia; con el fin de contribuir a la comprensión y solución del malestar que les aqueja.